“Los bancos engañan a los pobres como nosotros: viejos, enfermos y sin dinero”
Rondan los 80 años y han estado a un tris de quedarse en la calle. Hace dos semanas lograron parar la subasta de su piso, el que compraron en 1971 y acabaron de pagar en 1975, pero que hipotecaron de nuevo hace unos años como aval de la inversión que su único hijo hizo para abrir un bar. “Claro que fue culpa nuestra por confiar en los bancos, pero quién nos lo iba a decir... Por un hijo una lo da todo”, suspira Pilar Rodríguez, de 78 años, cogida de la mano de Aquilino Álvarez, de 82, en el sofá de su casa de Barcelona.
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